Ica
¡Ica! Cuando pienso en este rincón del Perú, automáticamente me vienen a la mente vastos desiertos, oasis de ensueño y, por supuesto, el sabor inigualable de su vino y pisco. Ica es una tierra de contrastes y sorpresas, y cada visita me ha dejado con ganas de más.
Empezaré con uno de sus lugares más icónicos: la Laguna de Huacachina. Este oasis en medio del desierto es como algo sacado de un cuento de hadas. Imagina una laguna rodeada de altas dunas de arena, donde puedes practicar sandboarding o simplemente disfrutar de un atardecer que tiñe el cielo de tonos naranjas y rosados. Es un lugar que parece detenido en el tiempo y te garantizo que te robará el aliento.
No puedo hablar de Ica sin mencionar sus viñedos. Esta región es cuna del pisco, la bebida bandera del Perú, y de algunos de los vinos más exquisitos del país. Las bodegas y viñedos te invitan a recorrerlos, aprender sobre el proceso de elaboración y, por supuesto, degustar estas delicias. El Festival Internacional de la Vendimia, que se celebra en marzo, es la ocasión perfecta para sumergirse en la cultura vitivinícola de Ica.
Otro tesoro de Ica son las Líneas de Nazca, misteriosos geoglifos trazados en el suelo del desierto que han desconcertado a científicos y viajeros por décadas. Ya sea que las observes desde una torre de observación o desde un vuelo turístico, estas antiguas figuras te dejarán maravillado.
Y, si buscas un toque de aventura, las Islas Ballestas son el lugar ideal. A menudo llamadas «las Galápagos del Perú», estas islas albergan una impresionante biodiversidad, incluyendo leones marinos, pingüinos y una variedad de aves.
¡Te invito a descubrirlo por ti mismo!